Florentino ha comparecido hoy como testigo frente al juez Velasco en el procedimiento relativo al caso Púnica. Para muchos de nosotros resulta molesto y preocupante, aunque no sorprendente, que sea tan difícil ver a Florentino entrar en los juzgados. En el país en que vivimos, se disparan imputaciones empezando por la base de una pirámide de poder, donde el vértice queda fuera del agua, y no se moja. Según el diario El País, la Operación Púnica destapó "una extensa red político-empresarial dedicada al tráfico de influencias y
al pago/cobro de comisiones ilegales que operaba hasta una época muy
reciente en administraciones públicas de varias comunidades autónomas".
Todos hemos podido ver abrazos, apretones de manos y cortejos amistosos entre los componentes de un afortunado ejército de amiguetes que se apoltronaba cómodamente en el palco del Bernabéu.
Cuando Florentino ha salido de los juzgados, el club blanco ha corrido a sacar un comunicado explicando que su presidente " ha prestado declaración, en calidad de testigo, ante el Juzgado
Central de Instrucción nº 6, durante 40 minutos, en relación al trabajo
que realizó para el Club la empresa EICO ONLINE, sobre estudios
analíticos en el ámbito digital".
Supongo que a todos os queda muy claro que no existe ningún argumento sucio detrás de la contratación de EICO por parte del Real Madrid. Las personas que se sientan en el palco lo hacen por motivos de amistad, pero las operaciones cerradas entre parte y parte siempre se hacen de un modo profesional y siguiendo la escrupulosa pulcritud que marca la legalidad vigente. ¿Verdad?
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